...para contar que pese a todo nunca me fui. Simplemente hago la "técnica de la goma", como se suele decir en ciclismo. Me alejo y me asomo y me vuelvo a alejar y así sucesivamente. Es una intermitencia que tengo asumida como propia y de la que no me puedo despegar. Pero que queréis, hay tantas cosas y tan poco tiempo...
Ahora estoy leyéndome "Mauricio o las elecciones primarias", de Eduardo Mendoza, editado por Seix-Barral.
Me compré el libro tras haber leído "Sin noticias de Gurb" y "El misterio de la cripta embrujada". Ambos libros me gustaron. Novelas ligeras, desenfadadas, escritas en clave de humor que muchas veces rayan lo hilarante (sobre todo en el primer caso). Son de esos libros para disfrutar cual entremés vespertino.
El caso es que me dejé llevar por estas dos primeras novelas y llegó el chasco.
No dudo de que el libro no esté bien escrito, tampoco hablo de que los personajes estén poco definidos, por que entiendo que la descripción exhaustiva de personajes a veces no casa para según que novelas. Sin embargo creo que es una historia totalmente descafeinada. No tiene ningún aliciente. Es una historia de las que no hubiese pasado nada si jamás se hubiese contado. Creo que si hay algo fundamental en una novela, es que lo que cuenta merezca la pena ser contado, si no es así, ¿para que perder el tiempo en ello?. El caso es que creo que se publicó simple y llanamente como cebo comercial, aprovechando el tirón que tiene el escritor, por ser vos quien sois, como dirían por ahí.
No dudo de que el libro no esté bien escrito, tampoco hablo de que los personajes estén poco definidos, por que entiendo que la descripción exhaustiva de personajes a veces no casa para según que novelas. Sin embargo creo que es una historia totalmente descafeinada. No tiene ningún aliciente. Es una historia de las que no hubiese pasado nada si jamás se hubiese contado. Creo que si hay algo fundamental en una novela, es que lo que cuenta merezca la pena ser contado, si no es así, ¿para que perder el tiempo en ello?. El caso es que creo que se publicó simple y llanamente como cebo comercial, aprovechando el tirón que tiene el escritor, por ser vos quien sois, como dirían por ahí.
En resumen, la tercera novela que me leo de Eduardo Mendoza me ha defraudado mucho. Espero que si cae en mis manos alguna otra novela de este escritor no me vuelva a defraudar de nuevo o al menos intentaré estar más atento.
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