Todo empezó hace mucho tiempo, cuando oí hablar de un señor que se llamaba Burrhus Frederic Skinner, psicólogo norteamericano y padre del conductismo. Skinner destacó por realizar numerosas investigaciones de caracter experimental además de publicar numerosos ensayos relacionados con la psicología.
Amén de todo esto, publicó una novela, llamada "Walden II". De este libro ya hablé en una ocasión, por lo que no voy a volver sobre lo mismo. El caso es que para escribir Walden II, Skinner se basó en "Walden, o la vida en los bosques". Cuando fuí consciente de este hecho, me quedó un cierto gusanillo de curiosidad por saber que se podía contar Thoureau en su libro, así que decidí leerlo.
Thoureau fue un señor que vivió entre 1.817 y 1.862. Nació en Concord, en el estado de Massachussets y aunque poco conocido (al menos yo no tenía ni pajolera idea de quien era), es una figura muy relevante (sobre todo en los EEUU) por varios motivos.
Se le considera uno de los padres de la literatura estadounidense junto con el poeta Walt Whitman. Fue uno de los primeros ecologistas activos en la historia de la humanidad. Luchó contra la exclavitud y fué encarcelado por tener ciertas ideas anarquistas (leasé "Ensayo sobre la desobediencia civil"). Sus ideas llegaron a inspirar a gente como Tolstoi o el mismísimo Gandhi (ahí es nada).
En resumidas cuentas fue un erudito como la copa de un pino, un señor "de los de antes", que tan pronto te planta unas judías, como te compone poesía o teoriza sobre los "Diálogos" de Platón.
Pues bien, este señor, considerado también como uno de los padres del trascendentalismo y existencialismo norteamericano, decidió un buen día que se iba a vivir a los bosques, rodeado de plena naturaleza, olvidándose por completo de lo insustancial y lo material. En pocas palabras, trató de sacarle el máximo jugo posible a la vida, tal y como es, sin los aditamentos y necesidades que los seres humanos nos hemos ido inventando para poder vivir.
Para ello, decidió construirse una pequeña cabaña cerca del lago de Walden (Walden Pond) y vivir de lo que le diese la tierra o pudiese cazar y pescar. Así lo hizo durante un par de años.
Demostró que el ser humano necesita vivir en más y mejor contacto con la naturaleza, a la cual tenemos olvidada y denigrada. El libro de Walden es sobre todo un alegato en el que el autor intenta hacernos ver que la vida que hoy en día vivimos es efímera y que nos crea más cárceles que libertades.
El libro es bastante interesante, y narra las vivencias del autor durante ese periodo de tiempo, aunque aviso: no es una lectura fácil. En ocasiones es un libro arduo y pesado como pocos y conviene leerlo concentrado ya que va dejando ciertas perlas que conviene asimilar y meditar con cierta relevancia.
Puedo decir que, aunque la sociedad ha cambiado desde entonces, la verdad es que lo que dice tiene bastante vigencia y da que pensar. A mí por lo menos. Además, me ha ayudado a tener una visión más global de "Walden II" y entender ciertos pilares sobre los que se basó Skinner para escribir su novela.
Resumiendo: buen libro aunque complicado. Si lo que buscas es mero entretenimiento, busca en otro lado.
2 comentarios:
Parece un tipo realmente curioso e interesante; aunque yo confieso que no había oído hablar de él hasta ahora. No le falta razón a este señor con eso de que la vida actual nos crea más cárceles que libertades.
Saludos.
Hola Jolan, la verdad es que debió de ser una de esas personas que uno no sabe bien como catalogar: si como un genio o como un loco. En cualquier caso, me parece un hombre bastante valiente e interesante.
Saludos.
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