Soy un gato. Natsume Soseki.

Ficha Técnica:Género Literario: Novela.
Editorial: Impedimenta. (9ª edición)
Traducción de Yoko Ogihara y Fernando Cordobés
ISBN: 978-84-937601-5-1
Formato: 13 x 21 cm.
Págs.: 656 páginas páginas

¡Hola, hola!. Sabed ante todo que aunque intermitente, aquí sigo. Hace poco que he terminado de leer Soy un gato, de Natsume Soseki. Después de haber dejado unos días de maceración y asentamiento de posos, creo que ha llegado el momento de plasmar mis impresiones, en éste, vuestro modesto blog.

Tenía muchas ganas de leer el libro, en parte porque me habían hablado bastante bien de él, y en parte porque se lo había oído mentar al siempre controvertido Sánchez-Dragó en su programa "Las Noches Blancas", y me picó el gusanillo.

Además, el prota es un simpático gatete, con lo que me gustan los mininos (quién me ha visto y quien me ve).

El libro me ha dejado sensaciones enfrentadas. Por un lado, creo que tiene pasajes realmente brillantes. Soseki tiene un sentido del humor tan sutil y cuidado que no parece sentido del humor. La visión de los seres humanos a través de los ojos del gato protagonista es genial. La manera que tiene Soseki de plasmar la naturaleza humana y llevarla hasta los límites más estratosféricos de la estupidez es en ocasiones hilarante.

Los personajes me han recordado en cierta manera a los que podemos encontrar en el libro de "El Tercer policía", del que ya hablé en una ocasión y ciertamente, mantienen diálogos con muchas similitudes a éstos.

El gato asiste a innumerables escenas de la vida cotidiana del profesor Kushami, un maestro de baja estofa, que se tiene a sí mismo por un erudito y estudioso, siendo en realidad un pobre hombre, arisco y huraño. Dicho maestro se codea con personajes igual de peculiares que él, quiénes se mutuamente se retroalimentan de estupidez elevada a la décima potencia. A cada cual peor. Están, por ejemplo, el vividor y charlatán Meitei, siempre con historias fantasiosas, el estudioso Kangetsu, que trata de doctorarse en ciencias llevando a cabo las más extrañas investigaciones científicas, o Toito, un poeta de tres al cuarto. Todos ellos componen un elenco de personajes a cada cual más triste y patético.

Ante estos seres, no es de extrañar que el gato en cuestión se termine haciendo una idea del ser humano, que, por mucho que los personajes sean un tanto especiales, termina siendo, aunque nos pese, bastante acertada con la realidad.

Todo el libro en sí es una crítica acerada y sutil hacia la estupidez humana en todas sus variantes. Muy divertido y recomendable.

Para terminar, me veo obligado a ponerle un pero. Es un detalle menor, que no obstante puede obstaculizar la lectura de aquellos lectores menos aguerridos. A mi juicio hay que hacer un pequeño ejercicio de extrapolación, pues la historia se desarrolla en una zona pseudorural del Japón de principios del siglo XX. Esto quiere decir que muchos comportamientos, convenciones sociales y formas de hablar y pensar están lógicamente sesgados por el pensamiento oriental y esto a veces puede descolocar un poco a lectores occidentales. Aunque ya digo que es un detalle menor, por que desafortunadamente, la estupidez humana es la estupidez humana aquí, en Oklahoma o donde Cristo se fue a dar las tres voces.

Resumiendo, es una buena lectura para entretenerse y aprender, que además tiene un final tragicómico y muy poético.

¡Saludos!