martes, 8 de marzo de 2011

Remembering: Fray Perico y su borrico.

Hoy quiero recuperar un bonito libro que me trae grandes recuerdos de la infancia. De paso me gustaría agradecer a la editorial SM y su colección Barco de Vapor, que en su día y gracias a libros tan geniales como éste, sembraran en mi persona el gusto y la pasión por la lectura, uno de los hobbies que más satisfacciones me produce.

El libro, como habréis podido leer en el título de la entrada, no es otro que "Fray Perico y su borrico", del siempre genial Juan Muñoz Martín.

Cuando era pequeño, en mi colegio había una modesta biblioteca donde los escolares podíamos sacar libros para su lectura. Era una colección pequeña pero genial. Había muchos títulos de Barco de Vapor, de Alfaguara o de aquella colección tan interesante como era "Elige tu propia aventura".

Ni que decir tiene, que "Fray Perico y su borrico" era una de las joyas de la corona. Todo el mundo quería leerlo, había hasta tortas por el libro e incluso la gente lo leía y releía sin parar. ¿Que tenía de especial?. Pues no lo sé. Quizás el estilo, la historia que contaba o los personajes. El caso es que a todos no encantaba este libro. Había otros títulos geniales, dentro de esta colección, de los que algun día hablaré como "Abuelita Opalina", "Ingo y Drago", "Jeruso quiere ser gente", "Los mifenses", "Un solo de claritene", o incluso "El Pirata Garrapata", de este mismo autor, así como un largísimo etcétera.

Cada vez que recuerdo estos libros de mi infancia, que prendieron en mi la llama del gusto por la lectura, no puedo más que sonreir y mirar atrás con cierta melancolía.


Aunque prefiero pensar que lo mejor por leer está por llegar, estos títulos siempre estarán en mi corazón.


El libro fue escrito allá por el año 79 y nos cuenta la vida en un convento cercano a la bonita ciudad de Salamanca, dedicado a San Francisco, donde 20 frailes conviven en paz y armonía.

En el convento estaban, entre otros, Fray Nicanor, el superior; Fray Procopio, el del telescopio; Fray Cucufate, el del chocolate; Fray Mamerto el del huerto; Fray Olegario el bibliotecario; Fray Balandrán, el sacristán; Fray Bautista el organista; Fray Pirulero el cocinero y por supuesto Fray Perico.

Fray Perico es un personaje tierno, bondadoso, un tanto orondo que un buen día aparece en el convento con la intención de ser fraile junto a los demás. Además tiene una particularidad que pronto quedará patente y es que puede hablar con la estatua de San Francisco que hay en el monasterio.

La vida en el convento era sobria, monótona y seria hasta que llega Fray Perico, que con su bondad y alegría poco a poco irá cambiando las cosas. El mensaje principal es claro: hay que hacer las cosas que hay que hacer, sí, pero sin olvidarnos de la alegría, de la ilusión, de la bondad ni de los demás. El mensaje es sencillo y extrapolable a las personas ¿adultas?, como nosotros. Aunque es dificil aplicarlo a nuestro día a día. En fin, al menos no hay que dejar de intentarlo.

Otro de los mensajes más interesantes del libro es el que nos llega del propio santo, el cual no entiende por qué los frailes se afanan en dedicar su vida a alabar a una imagen, en rezar a una persona muerta, cuando lo que en realidad deberían hacer es vivir y seguir su propio camino en vez de tratar de seguir el de otra persona.

Para el santo, la llegada de Fray Perico es una bendición, por que aparte de entretenerle, va a permitir que los frailes "despierten" de su letargo y empiecen a vivir de una manera más intensa, que trabajen para vivir, pero que no vivan para trabajar.

Si no tuvisteis la oportunidad de leer este libro, hacedlo. Es cortito, sencillo y entrañable. Sé que posteriormenete el autor ha ido publicando otros libros con Fray Perico como protagonista, pero qué queréis que os diga, como éste, ninguno.

¡Disfrutadlo!

5 comentarios:

Jolan dijo...

Ay, qué bonitos recuerdos me evoca este libro! Yo también lo tuve, pero a saber dónde fue a parar... Y al igual que tú, me crié leyendo los Barco de Vapor, que tenían distintos niveles según la edad del lector (recuerdo que los más 'avanzados' eran de color rojo, y que había varios que también me encantaron de estos).

Además de Fray Perico, me acuerdo de otros como Las aventuras de Vania el Forzudo, o El pequeño vampiro, aunque este creo que ya era de otra editorial.

Es verdad que era de los más solicitados de la biblioteca del cole, pero como por entonces yo me quedaba a comedor, no tenía problemas para sacarlos, jeje!

Gracias por traer de vuelta a nuestra memoria estos entrañables libros con los que crecimos. :)

Txema dijo...

¡Hola Jolan!

La verdad es que eran libros geniales, bueno son, que todavía están en activo, jeje.

"Las aventuras de Vania el forzudo" todavía anda por alguna de mis estanterías. "El pequeño vampiro" era de Alfaguara, que también tenía un libro muy chulo llamado "El pequeño Nicolás", que era muy divertido.

Gracias a ti por pasar por aquí.
¡Un saludo!

Noemí dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Noemí dijo...

Hola!!

Reconozco que éste en concreto no lo leí, pero mi primer libro fue de la serie blanca de Barco de Vapor:

REMEMBERING "LA BRUJA MON" :)

Me sirvió para calmar mis miedos nocturnos cuando era muy pequeña y no me podía dormir.

Quien lo haya leido no puede olvidar la mítica frase: "Y un jamón, dijo la Bruja Mon"... ¡Simplemente genial!

Un saludete a todos los sobrasaderos!

Txema dijo...

¡Hola Noe!

Si no te has leído "Fray Perico y su borrico", aún hoy en día te lo recomiendo. Por otro lado, "La bruja Mon" ya me pilló algo crecido, pero me acuerdo lo que le gustaba a Manu este libro y desde luego esa frase siempre estará entre mis recuerdos.

Un besote (y dale otro a Mr. Ogrete).