Un año viene, el otro se va. El ciclo se completa y parece que todo cambia para seguir igual. Las cosas acaban y empiezan en el mismo sitio, fenómeno que ya fue representado por los griegos con Uróboros, la serpiente que se muerde la cola. Estamos atrapados en un proceso elíptico desde el que no hay salida, ¿o sí?. Si alguien lo sabe que levante la mano.
En fin, creo que me estoy poniendo demasiado trascendental para las alturas del año en las que estamos, y si empiezo así, dios sabe como terminaré. Así pues, mejor mirar para otro lado y hacer como que no nos enteramos, que no hay nada más feliz que un tío tonto, ni nada más tonto que un tío feliz.
Como dijo Mr. Lee, "be water my friend".
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