Happy Halloween...

Bueno, aprovechando las fechas en las que estamos, no quiero dejar pasar la ocasión de desearos un Feliz Halloween, fiesta que, aún importada de los E.E.U.U., está cada vez más asentada en nuestro país y empezamos a sentir como más nuestra (y si no, probad a preguntad a las nuevas generaciones por el día de Todos los Santos, a ver que cara os ponen...).

En cualquier caso, aunque sea una fiesta importada en detrimento de una patria, que queréis que os diga a mí me mola el rollete ese de saber que durante una noche los mostruos, las brujas y los fantasmas campean a sus anchas por la ciudad (el resto del tiempo yo creo que se agrupan todos en el Congreso de los Diputados). Y aunque no soy muy de circo, creo que Halloween es una noche con un sabor especial.

He tenido la suerte de estar en distintas ciudades europeas por estas fechas y es una pasada ver cómo se vive Halloween por ahí. Y en España, como digo, de unos años a esta parte se va notando la pegada y la aceptación que esta fiesta va teniendo. Todo esto está muy bien, pero ¿de dónde viene?

Hace mucho tiempo tuve un profesor de inglés que era americano, de Texas concretamente y dedicó una clase a contarnos la leyenda de Jack O´Lantern...

Los Orígenes.

Parece ser que la fiesta originaria viene del pueblo celta, cuando celebraban el momento en que acababa la temporada de recogida de las cosechas. Esta fiesta era conocida como el Samhain. En ella, recogían y almacenaban el alimento de cara al invierno y realizaban sacrificios de animales como gratitud por los alimentos recolectados. Los celtas creían que la noche del Samhain los espíritus regresaban al mundo de los mortales y encendían grandes hogueras para auyentar a los que pudieran ser malos.

Como es habitual con casi todas las festividades paganas, una vez que apareció la Iglesia católica, apostólica y románica, la fiesta se cristianizó y pasó a denominarse como el día de Todos los Santos (cuya traducción en inglés es, All Hallow´s Eve, de ahí la expresión actual de ‘Hallowe’en’). 

Posteriormente, la fiesta fue introducida en América gracias al gran número de Irlandeses que emigraron allí a principios del siglo XVIII, y fue un tanto mezclada con algunas creencias indias, hasta desembocar más o menos en la festividad tal y como hoy la conocemos. 

La Leyenda de Jack O´Lantern.

En una lejana noche de Brujas, un pendenciero irlandés con fama de borracho, llamado Jack, tuvo la mala fortuna de encontrarse con el diablo en una taberna. A pesar del alcohol ingerido, Jack pudo engañar al diablo ofreciéndole su alma a cambio de un último trago.

El diablo se transformó en una moneda para pagarle al camarero, pero Jack -harto tacaño- rápidamente lo tomó y lo puso en su monedero (que tenía grabado una cruz), así que el diablo no pudo volver a su forma original y Jack no lo dejaría escapar hasta que le prometiera no pedirle su alma en 10 años. El diablo no tuvo más remedio que concederle su reclamación.

Pasado el plazo de los diez años, Jack se reunió con el diablo en el campo. El diablo iba preparado para llevarse su alma pero Jack pensó muy rápido y dijo: Iré de buena gana, pero antes de hacerlo, ¿me traerías la manzana que está en ese árbol por favor? El diablo pensó que no tenía nada que perder, y de un salto llegó a la copa del árbol, pero antes que se diese cuenta, Jack rápidamente había tallado una cruz en el tronco. Entonces el diablo no pudo bajar y él le obligó a prometer que jamás le pediría su alma nuevamente. Al diablo no le quedó más remedio que aceptar.

El alma en pena de Jack el irlandés

Jack murió unos años más tarde, pero no pudo entrar al cielo, pues durante su vida había sido golfo, borracho y estafador. Pero cuando intentó entrar, por lo menos, en el infierno, el diablo tuvo que enviarlo de vuelta, pues no podía tomar su alma (lo había prometido).

¿A dónde iré ahora? Preguntó Jack, y el diablo le contestó: Vuelve por donde viniste. El camino de regreso era oscuro y el terrible viento no le dejaba ver nada. El diablo le lanzó a Jack un carbón encendido directamente del infierno, para que se guiara en la oscuridad, y Jack lo puso en una calabaza que llevaba con él, para que no se apagara con el viento.

Así pues, se dice que la noche de Halloween todavía puede verse a Jack vagando por las campiñas portando  en su mano una linterna hecha con una calabaza... De esta manera, las calabazas quedaron asociadas a la festividad, siento tan típicas las imágenes de las calabazas vaciadas con luces dentro.

Por último, me gustaría dejaros con un cusioso video de Pesadilla antes de Navidad, cuya canción está versionada por el siempre tenebroso Sr. Manson...

¿Truco o trato?